Para unas 20 croquetas:
- 1 taza de café de aceite.
- 5 cucharadas soperas bien colmadas de harina.
- El cuarto de un pollo cocinado. (cocido, asado o frito).
- 1 cebolla.
- 700 ml. de leche, mejor entera, aunque también las puedes preparar con leche desnatada.
- 1 cucharadita de café de sal.
- 2 huevos.
- 1 taza grande de pan rallado.
Preparación
Picar la cebolla en trozos muy pequeños.
Desmenuzar el pollo. Podéis utilizar una tijera para partirlo en trozos pequeños.
Poner al fuego una sartén bien grande, poner el aceite y cuando esté ligeramente caliente, añadir la cebolla y media cucharadita de sal, y poner el fuego en el mínimo.
Cuando la cebolla esté dorada, añadir el pollo, subir la temperatura del fuego como a fuego medio, ir dando vueltas a la cebolla y el pollo para que se mezclen bien, y dejar friendo como unos 10 minutos.
A continuación poner las 5 cucharadas grandes de harina y mezclarlo todo bien, (se os hará una pasta muy espesa, tiene que ser así).
Cuando lo tengáis todo bien mezclado añadir la mitad de la leche y con una cuchara, mejor de palo, mover con energía haciendo círculos en la sartén.
Cuando esté bien compacto añadir el resto de la leche repitiendo la misma operación, mover con energía la cuchara haciendo círculos. Ten en cuenta que de ésto depende que la masa salga fina. Hay que estar como unos 8 minutos dando vueltas a la masa.
Cuando veas que la masa se separa bien de el fondo de la sartén según la vas moviendo, la tendrás lista. A continuación ponla en una fuente grande con unos 3 centímetros de fondo, verás que la masa se va acoplando perfectamente a la fuente.
Déjala reposar como mínimo 3 horas, si la tienes de un día para otro mejor.
Para liar las croquetas prepara un plato bien grande con el pan rallado, y otro con los 2 huevos que tendremos bien batidos.
Con una cuchara de sopa ve separando pequeñas porciones.
Ir poniendo estas porciones en el plato con el huevo rebozándolas bien por todas partes.
A continuación pasarlas por el plato del pan rallado dándoles la forma, nos quedarán bastante bien formadas de la siguiente manera: Si ponemos la palma de la mano encima de la masa y con delicadeza la desplazamos de una lado al otro del plato.
Cuando tengáis hecha esta operación irlas colocando en una fuente.
Preparar una sartén no muy grande con abundante aceite, como una taza grande, lo suficiente para que cubra por la mitad la croqueta. El aceite, en este caso, tiene que estar bastante caliente.
Vas dando la vuelta según las veas que se ponen doradas, no tardan casi nada en freírse, tenlo en cuenta para hacerlo más o menos rápido, si no se te quemarán.
Y tal como os decíamos al principio, ya sólo tenéis que sacar a la mesa estas croquetas de pollo y veréis cómo hasta los más pequeños las devoran con gusto…
No hay comentarios:
Publicar un comentario